- Yo sé un himno gigante y extraño
Que anuncia en la noche del alma una aurora,
Y estas páginas son de ese himno
Cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle, del hombre
Domando el rebelde, mezquino idioma,
Con palabras que fuesen a un tiempo
Suspiros y risas, colores y notas.
Pero vano es luchar, que no hay cifra
Capaz de encerrarle y apenas, ¡oh hermosa!
Si, teniendo en mis manos las tuyas,
Pudiera, al oído, cantártelo a solas.
Cuando miro el azul horizonte
- Cuando miro el azul horizonte
Perderse a lo lejos,
Al través de una gasa de polvo
Dorado e inquieto,
Me parece posible arrancarme
Del mísero suelo
Y flotar con la niebla dorada
En átomos leves
Cual ella deshecho.
Cuando miro de noche en el fondo
Oscuro del cielo
Las estrellas temblar como ardientes
Pupilas de fuego,
Me parece posible a do brillan
Subir en un vuelo
Y anegarme en su luz, y con ellas
En lumbre encendido
Fundirme en un beso.
En el mar de la duda en que bogo
Ni aún sé lo que creo;
Sin embargo estas ansias me dicen
Que yo llevo algo
Divino aquí dent
- Acaso
- Como atento no más a mi quimera
No reparaba en torno mío, un día
Me sorprendió la fértil primavera
Que en todo el ancho campo sonreía.
Brotaban verdes hojas
De las hinchadas yemas del ramaje,
Y flores amarillas, blancas, rojas,
Alegraban la mancha del paisaje.
Y era una lluvia de saetas de oro,
El sol sobre las frondas juveniles;
Del amplio río en el caudal sonoro
Se miraban los álamos gentiles.
Tras de tanto camino es la primera
Vez que miro brotar la primavera,
Dije, y después, declamatoriamente:
-¡Cuán tarde ya para la dicha mía!-
Y luego, al caminar, como quien siente
Alas de otra ilusión: -Y todavía
¡Yo alcanzaré mi juventud un día!